Un faro

Hace años que se me ocurrió la idea de construir un monumento para encontrar a la mujer de mi vida. No un monumento físico, sino de vida y logros. Ir conquistando paso a paso las pasiones y sueños míos, ofrendándolos a una persona que no aparecía —ni aparece—.

Interesantemente, el primer esfuerzo para ya por fin construir este faro lo comencé en preparación de la campaña del 2021. Y apareció alguien tan excelente como esa mujer que había buscado. Pero a veces uno y sus circunstancias no dan para ser suficiente o estar listo para serlo. Y eso sucede de ambos lados del espejo.

Ese año y medio fue horripilante. Todas las empresas de mi familia quebraron. Las deudas tocaban el cielo. Mi mamá y yo por fin mostrábamos los estragos de la ansiedad. Fue un maremoto que aún no sé cómo no nos destruyó.

2022 vino con la promesa de dejar el 21 y 20 detrás. Y el faro por fin pudo seguirse construyendo. Es inútil describirlo. Está ahí, para que todos puedan ver el inicio de su construcción. La suma de mis múltiples facetas, preparando su futura explosión.

Es un monumento que le construyo todos los días a ella, la que vuela y aún no llega; pero como el cariño que le tendré será la suma de todos, entonces es un monumento que le construyó también a todo el universo.

He tenido en estos días, visiones de mi familia futura. Ahí existe, luchando contra la probabilidad de que la que vuela no llegue o yo no sepa alcanzarla.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *