Breves notas sobre el Despertador

Este proyecto lleva tanto tiempo en el tintero que verlo por fin a punto de comenzar a materializarse me llena de esperanza. Cambió de nombre hace un par de años, pero ha existido en mi mente desde hace más de una década.

El Despertador

No es un medio de comunicación, pero si lo fuera sería algo más similar a una agencia de noticias con investigaciones propias y producción de contenidos. Tampoco es un taller, pero si lo fuera sería una academia sobre periodismo. No es una organización política, pero si lo fuera sería un laboratorio de participación ciudadana.

Es un proyecto que abreva de las historias de Granados Chapa, Vicente Leñero y Julio Scherer García, así como del manifiesto de Port Huron; para proponer lo siguiente:

  • Que el periodismo (y el contenido en general) en sus distintos formatos, pueden darle sentido a la vida de las personas.
  • Que para que lo anterior suceda, el paradigma de medios de trascendencia nacional debe ser invertido para superarse desde los medios locales.
  • Que ante los retos que trajo la convergencia digital —que ha destruido a tantas empresas de comunicación—, los medios locales tienen aún grandiosas posibilidades de articularse y construir nuevas audiencias, incluso más participativas que las que tienen los medios nacionales.
  • Que existe un enorme rezago en la capacitación de los medios locales, sobretodo en materia de periodismo de investigación, periodismo de datos, periodismo cultural, fotoperiodismo, podcast y video; así como no existen las condiciones económicas para que cada medio procure su propia capacitación.
  • Que al margen de lo anterior, los medios locales han innovado muchísimo más que los medios nacionales en el uso de redes sociales y formatos de la era digital —como las transmisiones en vivo—, razón por la cual pueden reconstruir el espacio mediático con mucho mayor libertad y eficiencia.
  • Que nada de lo anterior es posible sin involucrar a la ciudadanía en la creación de la información, cambiando su papel de pura receptora por uno mixto de recepción y emisión.

Todos los puntos anteriores son principios más que pasos prácticos que permitan realmente imaginar lo que el Despertador busca ser. Ante su naturaleza amorfa, la mejor manera de imaginarlo es de una forma platicada y simple, sin imponerle estructuras o rutas críticas.

Los próximos pasos, para definir qué es el Despertador

A finales del 2022 e inicios del 2023, el Despertador estrenará su plataforma digital con algunos contenidos, tanto en podcast como en video, foto y texto. Poco a poco, irá creando alianzas con personas interesadas en el proyecto para que la plataforma pueda tener contenido y proveer de espacio y posibilidades de ingreso a los participantes. También iniciará el 2023 con su primer espacio de oficina y su primer personal de tiempo completo.

También en próximos días el Despertador comenzará su primera asociación con medios locales de San Miguel de Allende, para publicar diversas investigaciones periodísticas. La primera es sobre los negocios chuecos panistas que han permitido por más de una década la existencia de fraccionamientos sin agua en la ciudad.

Iniciando 2023, el Despertador publicará su primer curso/taller digital de periodismo de datos, con una mezcla de videos pedagógicos (tipo Master Class) y sesiones por videoconferencia. También publicará una adaptación a podcast de las lecciones de periodismo de Leñero en la nueva era digital.

Retos y soluciones

El principal reto de cualquier medio —y más en estas épocas digitales— es tener ingresos para mantener su operación a flote. Y este reto es doble, pues por un lado está la presión de encontrar flujos de dinero que ingresen mensualmente al medio y, por el otro, que dichos flujos no comprometan la independencia editorial.

Para brincar este problema, he decidido que el modelo de financiamiento de esta empresa sea completamente endógeno. En palabras simples, los ingresos del Despertador deberán de darse internamente, sea con productos que el Despertador comercialice (sobretodo branded content) o sea con convenios publicitarios con mi despacho y con el restaurante de mi familia (quizás incluso algunas empresas más de amistades).

El máximo reto será lograr la objetividad del proyecto. Pero considero que ese reto es más bien un falso dilema. No existen solo dos alternativas; objetividad o subjetividad, a secas. Existe también la visión del periodismo como herramienta social para dar la lucha contra los males que someten a la sociedad. En esa lucha no existe la objetividad pura, pues el periodismo claramente se convierte en un actor contra dichos males y contra el poder que los mantiene. Pero tal subjetividad se debe sujetar a códigos de ética y reglamentos claros y transparentes, así como a criterios objetivos y muy estrictos de investigación.

En palabras más simples, el medio se va a enfrentar directamente al poder con pruebas en la mano y un código de ética transparente y claro. La calidad de la información y de los contenidos tendrá que ser lo que le genere una buena reputación y confianza de su audiencia.

Un punto importante a destacar es que una razón por la que los medios no hacen esto es porque sufren demandas del poder. Nuestro Código de Ética y el Reglamento de Manejo de Fuentes que nos auto impondremos, servirá para poder filtrar noticias y datos, sin miedo a las demandas. Ya si tales enfrentamientos legales suceden, el despacho podrá defender legalmente al portal, su staff y a otros medios afines.

Durante los primeros años seré el Director General, para posteriormente convertirme sólo en el Publisher. Ya veremos lo que nos trae el futuro. Al tiempo.

1 comentario

  1. Sam febrero 6, 2022 at 4:56 am

    👏🏻👏🏻👏🏻

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