Hace una semana, un gran amigo y cliente despidió a más de 30 empleados de su empresa, quedándose con los cinco más necesarios para replantear sus líneas de negocio y empezar casi de cero. Lo que sus empleados y ex empleados no supieron, es que los últimos cinco meses él se quedó sin ahorros y se endeudó como nunca antes.
Esta historia está haciéndose común en esta pandemia —cada vez somos más los endeudados—, así que escribo esto para ordenar mis ideas y quizá incluso compartir algunas nociones útiles para los demás. ¿Cómo podemos solucionar nuestras problemáticas económicas en esta crisis que ha generado el COVID?
Falta de liquidez en el ambiente
La característica particular de estos meses de crisis está siendo la falta de liquidez. En palabras simples, que la gente no está gastando y que las personas que nos deben dinero, no nos pueden pagar. No hay dinero en las calles.
La falta de liquidez también significa que nos quedamos sin dinero para pagar nuestros compromisos. Es una reacción en cadena, porque si alguien no nos paga lo que nos debe, entonces nos atrasamos en pagar a quienes les debemos. Lo normal es que entonces nos endeudemos en tarjetas, en rentas y en pago de nómina.
Va a sonar vacío y redundante, pero la solución para la falta de liquidez es la liquidez. Pero para que no sea tautológico, lo correcto es decir que necesitamos encontrar nuevas entradas de dinero —flujos, le llamamos los economistas—. Significa encontrar clientes que sí paguen, un mejor trabajo o un segundo trabajo, incluso. Un bonus si estos pagos se pueden dar por adelantado (un cliente que paga el trabajo desde el inicio o un patrón que te contrata con un bono de entrada).
El mejor ejemplo es una fábrica de muebles. Si la fábrica tiene tres clientes que no le pagan, está financiando a sus clientes. Lo que necesita es encontrar clientes que le encarguen muebles y le paguen por adelantado, para que con el dinero adelantado pueda pagar sus gastos actuales y también pagar la construcción de los muebles.
Más trabajo, menos ocio
Todas las personas utilizamos horas de cada día en ocio. Yo ahorita estoy jugando Final Fantasy VII (el remake). Otras personas juegan fut, ven Netflix, prenden la tele, etc.
Eliminar por completo el ocio puede tener efectos muy negativos, pero en esta crisis es correcto disminuir el tiempo y recursos que gastamos en ocio.
La mejor forma de reducir el tiempo de ocio es con trabajo. Principalmente porque si sólo dejamos de ver la tele, pero no tenemos nada más que hacer, sigue siendo ocio.
Esta crisis es un buen momento para complementar el trabajo de 8 horas con uno de medio tiempo y hasta con uno de fin semana. También es un buen momento para iniciar esa micro empresa de brownies que habías imaginado. El punto es ganar un extra con el tiempo disponible.
Pagar y ahorrar
Si seguimos los primeros dos puntos (liquidez y sustituir ocio por trabajo), ahora tendremos más dinero. Quienes tenemos deudas que causan interés alto, el primer objetivo es pagarlas. Este tipo de deudas son las de las tarjetas de crédito y cualquier otra cuyo interés sea superior a 2% mensual.
¿Por qué pagar deudas con interés mayor a 2% mensual? Porque la crisis va a seguir teniendo efectos uno o dos años, así que una deuda con 2% mensual de interés nos va a hacer pagar entre el 24 y el 48% en los siguientes 12 a 24 meses. Ahorrarnos ese interés es un buen objetivo al mediano plazo.
¿Y las deudas que no causan interés o que son de interés bajo? Esto depende de la expectativa del ingreso futuro. Si el negocio de brownies anda jalando bien y no tienes razón para pensar que de un día al otro te quedarás sin el ingreso extra, entonces las deudas de interés bajo o cero interés se pueden ir pagando en mensualidades o como hayan sido pactadas. Pero si el ingreso extra que obtuviste es extraordinario (por ejemplo, un regalo de tus jefes), entonces es mejor pagar todas las deudas posibles, incluso las de interés cero.
Ya pagadas todas las deudas, es importante generar un ahorro. Al menos guardar 3 a 6 meses de lo que ganas al mes. Porque si la economía se vuelve a parar o si te quedaras sin empleo, podrás en primera instancia usar ese dinero en lugar de endeudarte.
Sustitución de créditos
Para quienes tienen múltiples deudas con múltiples acreedores, es importante hacer un listado de los intereses que cada deuda cobra. Una vez hecho esto, se puede buscar un nuevo acreedor que sustituya a todos los demás con un interés más bajo.
Esto es una opción para quienes tienen propiedades y deben mucho de varias tarjetas de crédito. Pueden ir al banco y pedir un crédito garantizado por su propiedad. El interés será probablemente menor al 2% mensual y podrán con ese dinero pagar todas las tarjetas.
Claro que el truco es que una vez se paguen las tarjetas, se dejen de usar y se guarden sólo para verdaderas emergencias.
Cobrar cuentas
A quienes nos deben dinero; es buen momento para intentar cobrar. Primero a través de acuerdos y pactos. Si alguien nos debe 10 mil pesos y no puede pagar, podemos ofrecerle que nos pague 2 mil cada mes y se liquide en cinco meses. Esos dos mil pesos son ingreso extra ante una deuda por cobrarse.
Si los deudores son muchos y no logramos avanzar, la cobranza judicial es el camino a seguir. Los procesos son tardados, pero ya con demandas interpuestas, el cobro llega con el tiempo.
Vender activos
Esta es la más obvia para quienes tienen varios vehículos. Vender uno y pagar una deuda de tarjeta puede ser la mejor inversión.
Sólo para ponerse a pensar. Si tenemos un vehículo de 100 mil pesos y una deuda de tarjeta de 100 mil pesos con 7% mensual de interés. En un año, esa deuda nos cuesta 84 mil pesos y seguimos debiendo los 100 mil originales.
Si vendiéramos el vehículo y pagamos la deuda, el vehículo se puede volver a comprar de ingresos extra futuros, pero eliminando hoy el pago de intereses inútiles.
El fin de la crisis y la ola
Es importante entender que esta crisis tiene un final, si nos olvidamos de eso la ansiedad puede llevarnos a caminos más turbios. En uno o dos años, la vacunación y la adaptación de la humanidad a la pandemia generarán una recuperación económica.
Al final de toda crisis, hay una ola creciente de inversión y de dinero en las calles. Es un efecto interesante porque ante el optimismo de las personas, se empieza a gastar más dinero. De repente las tiendas y los restaurantes vuelven a estar llenos.
Y esa ola saca a todos adelante, pero principalmente saca a las personas que lograron ser más competitivos durante la crisis. Si un restaurante logró sobrevivir la crisis con pocos clientes, pero buena reputación; cuando la economía se recupera, es el primero en llenarse y en recuperar el dinero perdido.
Hay que enfocarnos en esa ola; por pragmatismo, pero también por esperanza. Es un punto fijo en el horizonte hacia el cual podemos orientar todo el esfuerzo extra que estamos haciendo, es ese momento en que podremos tomarnos unas merecidas y largas vacaciones.