***Me escribí una carta, casi sin darme cuenta, como si sola se dictara. Ahora además me ha dado ganas de publicarla aquí.***
Querido Raúl:
No, no te escribo del futuro, sólo te escribo. Sí existe el nosotros que imaginas, pero implica una cantidad de trabajo impresionante y constante. No te escribiría si no creyera que puedes lograrlo, más bien lo hago para terminar de darnos ánimos.
Para ti es todo lo que hacemos; para todos los demás también. Ella [la que vuela] está en todas partes, existe en todos lados, te espera en todos los tiempos. Este monumento para ella vamos a construirlo también para el universo.
Aquí inicia la gran historia que viene. Es hoy en donde iniciaremos los ensayos, el trabajo arduo. Ya aprendiste de Elegua que trabajar todos los días es la única forma de abrir los caminos, ahora ábrelos.
Diario agarra la guitarra, diario el piano. Diario termina la lista de pendientes del despacho. Diario baila, diario dale su tiempo a Elegua, diario, diario, diario. Diario ejercita tu cuerpo, diario come sano, diario ayuna, diario, diario, diario.
El día tiene 24 horas, dormirás seis la mayoría. Usa todas las demás, no te salves de usarlas. Que la movilidad sea tu alma, que los párpados no caigan, que incansable construyas estas alas.
Desde esta paz,
Raúl