Breves notas sobre una diosa mujer

“Si existiera un Dios, preferiría que fuera mujer”

— Edel Juárez
Si existiera un dios
me gustaría que fuera como tú,
y que se hiciera a sí mismo
a tu semejanza.

Que fuera un dios
como tú eres mi amiga,
y que me diga y me batalle
y me necee y me contradiga.

Y que me haga sentir
como si fuéramos parte
de una misma cofradía.

Que ante mis constantes halagos
me tratara de convencer
de que también puedo volar.

Que ante mis constantes temores
se anidara en mis sombras
con su asombro luminiscente.

Que me llame y me cuente
que su día estuvo rancio,
que le miraron feo en el trabajo,
que se trabó otra vez la impresora
y que no supo cómo llenar un excel.

O que le llame y le pregunte
«¿cómo estuvo tu examen?»,
y que me conteste: «decente»,
recordándome el universo
de calificativos que existen
más allá del común bien.

Que me vea y me diga
que la vida no le hace mucho sentido;
mostrándome que también guarda
sus dudas sobre nuestra existencia.

Y que me deje consolarle,
que mis seguridades le invadan,
para sentir que incluso uno mismo
tiene algo qué dar a tan alto ser.

Y si existiera ese dios
claramente sería mujer;
daimonoave dea clavis
que abrisalva il misterium.

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